1) IMPORTANCIA DE ESTE BOLETIN
CARTAS DE SHAMBALLA
Mayo de 1952
Una de las razones más importantes para familiarizar a la humanidad con los Concilios de los Maestro, la Llama y el lugar donde está más activo esto en algún momento en particular en el ciclo de la Tierra, es que las energías de cada uno de los que la visita puedan convertirse en parte de la expansión de la Llama; y cada parte interesada sea “combustible” para este Fuego. Cuanto mayor sea la concentración del regalo, mas beneficioso será para la raza y mayor será la bendición individual para cada estudiante. Cuanto mayor sea el brillo del fuego, tanto mayor será el regalo de Luz.
LAS ACTIVIDADES ACTUALES EN EL RETIRO DE CEILÁN ESTÁN CONDENSADAS EN LA LLAMA DEL ESPÍRITU SANTO DE LA CUAL NUESTRO ACTUAL MAHÁ CHOHÁN ESTÁ AHORA ENCARGADO.
Al principio del viaje de la humanidad sobre la estructura física del planeta Tierra, desde el Corazón del Sol vino el primer representante del Espíritu Santo, y a través de Su cuerpo fue enfocado el impulso inicial de esa Llama, la cual es la Naturaleza Verdadera completa y madura de la Deidad.
Cuando la humanidad comenzó a encarnar sobre el planeta Tierra, el primer gran Reino era de forma natural inocente y amable, con la belleza de un niño, en la que el principio de la vida se desarrolló con amor. Estas bellas cualidades capacitaban a la totalidad de la civilización para completar su evolución sin sufrimiento, privaciónes ni dolor, y cuando el gran Manú de la Primera Raza Raíz junto con sus Cristos y el Mahá Chohán regresaron al corazón del Padre, se completó el primer día de la creación.
Cada Mahá Chohán sucesivo tuvo la responsabilidad cada vez mayor de ocuparse del Reino de la Naturaleza el cual, por medio de la efluvio negativa de la humanidad, trabajaba cada vez en menor armonía con la humanidad evolucionante; y así, las rondas segunda y tercera fueran un poco más largas y más difíciles de lograr, si bien se completaron eventualmente y los Manús con sus Cristos y sus Mahá Chohanes acompañantes, regresaron con una gente emancipada al seno de Dios. La cuarta raza tiene aun que ser completada, y así como la quinta, está actualmente bajo un proceso de redención. La sexta no ha entrado todavía al escenario de la vida, aunque hay muchos miembros de la sexta raza presentes y activamente involucrados actualmente en esta gran tarea de liberación.
La pequeña disertación anterior es necesaria con el fin de aclarar y hacer comprensibles las actividades actuales en el Retiro de Ceilán.
El Santo Aeolus, quien fue el sostenedor y guardián de la Llama del Espíritu Santo establecida en este Retiro hace ya tantos años, y de la cual cada Mahá Chohán sucesivo será responsable, invitó a los tres primeros Mahá Chohanes a este Cónclave, y para gran alegría suya Ellos aceptaron y serán Sus invitados durante los treinta días en que el Retiro estará abierto. El primer Mahá Chohán, en la apertura del Concilio, se dirigió a los invitados de la Asamblea, compuesta de Seres ascendidos y de humanidad no ascendida, muchos de estos últimos, en sus cuerpos Mentales Superiores. Lo que sigue es un pequeño extracto de dicho discurso.
2) HABLA EL PRIMER AMADO MAHÁ CHOHÁN
CARTAS DE SHAMBALLA
Mayo de 1952
¡Oh¡ humanidad, que persigues el conocimiento con el cual obtener la felicidad, aprende que tu lección esta dentro de la contemplación del Amor. Permíteme señalarte el amor dentro del Reino de la Naturaleza, el cual, de acuerdo a su escala evolutiva se encuentra con creces, por debajo del poder potencial del ser humano. La Naturaleza refleja el Amor de Dios mucho más que ustedes, quienes han sido escogidos primariamente para ser Señores de la Creación.
A través de la Naturaleza viene la totalidad de la sustancia que sostiene el cuerpo físico con todas las expresiones de la vida. Sin el regalo de la Naturaleza, no hay comida ni vestido. Ningún cuerpo físico duraría más de algunos pocos meses.
La Naturaleza recibe de vuelta por los regalos que nos ofrece en su generosa mesa, el excremento venenoso de la respiración y del cuerpo, y las vestiduras descompuestas que ustedes han desgastado. Todo esto lo ha recibido con paciencia, no de una centuria, sino de una cantidad incontable de eones, que de considerarlo, haría tambalear a un humano. ¿Pueden ustedes decir que hayan hecho algo parecido? ¿Están dispuestos a absorber el mal de otro ser humano, y activamente reemplazarlo con la sustancia de felicidad y bien? ¿Podrían hacerlo durante al menos un mes o un año, y esto para ni siquiera mencionarles que lo podrían hacer por toda la eternidad?
El ritmo de la Naturaleza consiste en refinar constantemente a la raza humana, purificándola de forma natural por medio de la acción química, junto con el desechar, por los mismos medios químicos, las partículas gastadas del cuerpo humano; y luego renovar el cuerpo y la sustancia cerebral de la raza, lo cual también es una consciente y positiva acción de Amor.
Hablo no solamente de hacer a los humanos conscientes de los principios del amor que están dentro de la Naturaleza, sino de agradecerle a los incontables millones de inteligencias comprometidas en el servicio de misericordia que prestan, y para señalar a las almas humanas de la actividad que debe reemplazar la conciencia actual, que se niega a compartir la responsabilidad de estos seres porque, en tanto que esta conciencia no sea desarrollada, los humanos no podrán estar bajo la beneficiosa protección que el Reino de la Naturaleza proporciona en los cambios cataclísmicos.
Si la Naturaleza les ha servido tomando los excrementos de sus cuerpos, el monóxido de carbono de sus pulmones y las carnes descompuestas de sus vestiduras, y con amor y manos amables les ha dado a cambio, el frondoso verdor, la fragancia de las flores y el suave y cálido algodón o la afable seda, porque no pueden recibir la conciencia o la discordia inconsciente de sus compañeros de viaje, conscientemente y consumirla, más que eso, darles un regalo de Tolerancia, Perdón y Amor, si no hacen esto no se pueden ganar el derecho a vivir por encima del Reino de la Naturaleza, o al menos paralelo a él.
Les digo esto porque se acerca el momento en que debemos ser encarnaciones de quienes sean al menos iguales al Reino de la Naturaleza. Ni siquiera les pedimos que sean superiores a éste.
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